En el siglo XXI hay más de una opción a la hora de construir áreas de golf sintético. Desde la antigüedad, la historia humana se ha caracterizado por su gran inventiva a la hora de diseñar y fabricar nuevos materiales, que permitan ampliar las capacidades de uso, de los recursos disponibles, para así llevarlas a su máximo rendimiento. Esta búsqueda indetenible para conseguir el mayor provecho a todo tipo de recursos, llevo al desarrollo de las fibras sintéticas, fibras que terminarían ayudando a la creación de los mejores campos de golf sintético en el futuro.
A partir de productos derivados del petróleo, es posible crear un filamento sintético que, al pasar por procesos especializados, puede ser utilizado para la creación de diversos materiales. Este es el caso del césped artificial que empezó a ser aprovechado, para rediseñar terrenos de juego en campos de golf, es así, como aparecieron los primeros campos de golf sintético.
La baja rentabilidad económica del césped natural, comenzó a popularizar las áreas de putting green artificial que, diseñadas a partir de césped artificial, ofrecían mayor durabilidad, una gran resistencia al paso del tiempo y un terreno perfecto para jugar al golf, en una gran variedad de lugares. A partir de ahí, el correr de los años permitió que el material se desarrollara aún más, hasta conseguir diversificarlo, para que pudiese ofrecer todo tipo de usos. Es así que, en la actualidad, a la hora de construir nuevas áreas de putting green artificial, muchas de ellas suelen ser en zonas residenciales, pues los últimos años, trajeron consigo el putting green para casa, al alcance de gran cantidad de personas. Actualmente es posible readaptar cualquier espacio para integrarle césped artificial, y uno de los mejores son los jardines que se han transformado en el placer de jugar golf en casa.